Con la mirada cansada y la vida a
cuestas,
te vi en el horizonte,
llegaste sin mediar palabras
haciendo un ruido enorme,
la calma y la soledad que
habitaba de pronto desaparece.
Incontables veces te imagine,
no sabes cuánto deseé existieras,
que salieras de mis sueños
y me consumieras con tu fuego.
Son apenas siete días de tu
llegada,
eres tan irreal,
parece que fueras una trampa,
el tiempo se vuelve tan efímero y
falto de entereza,
me llenas de confianza y de
sonrisas.
Llámame loco por tan pronto
intentar enamorarte,
pero me sería imperdonable no
hacerlo,
hoy te adueñas de mis letras,
y me quitas el sueño.
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