La noche fría
el viento a favor
las horas cortas
y su espalda destapada.
Casualmente corría
y como siempre...
el
tiempo en mi contra.
Su vestido blanco
mis ojos perdidos en
su silueta
mantenía incrédulo la esperanza
el aire soplaba fuerte
sobre su cuello
remolinaba su pelo
mientras el largo de sus
piernas
robaba mi mirada.
Su piel morena
eterna sonrisa radiante
esa noche no era ella
era el diablo vestido
de ángel.
(Alejandro)