Un día de mi vida se resume a tus ojos,
a levantarme cada mañana maquinando complejas
ideas para enamorarte,
a con esmero activar mis neuronas y dejarme
estampado en tú día,
ya sea con mi caligrafía o abstractas
narraciones.
Los minutos transcurren,
se acumulan a cuenta gotas en las horas,
tu presencia sigue intacta,
entre nosotros ni siquiera cabe la palabra
distancia,
ni su abreviatura o sinónimo.
Es fácil querer cuando no se tienen dudas,
cuando tus decisiones cobran vida,
cuando el cielo te devuelve respuestas.
Hasta escribir se facilita cuando te arrancan
de tajo la melancolía.
La vida al final te baja de las estrellas
fugaces,
no necesitas más cuando en sus ojos duermen
constelaciones.
Ella que se come el mundo,
se come mis minutos,
me muestra el camino,
me da su mano,
ella me calma,
por encima de cualquier cosa…
Mi compañera de equipo.
(Aletxo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario